Sea cual fuere la situación
anímica de una sociedad, ésta cambiará; el cambio es aquello que motiva a todo
hombre al despertar por la mañana, piensa así mismo que ese día sería mejor que
el anterior, a partir de entonces, surgen disconformidades, pues en ocasiones
la misma sociedad no cumple con las expectativas que como ciudadanos tenemos.
Para una mujer del siglo
XXI, localizada en algún rincón de México, quizá la “historia”-ya sea otra
historia- Lo cierto es que si no fueran por aquellas marchas que a mitad del
pasado siglo, dónde habían mujeres aferradas a obtener un trato digno,
equitativo e igualitario en derechos constitucionales, hoy yo estaría en la
cocina pensando qué prepararía para cocinar, rezando para que mi marido hiciera
una buena elección para el 1° de Julio, ni qué hablar de ver a Josefina en
frente de una tribuna, llena de “machos” creyendo que como mujeres no tenemos
mayor valor que ser un electrodoméstico que respira y un objeto de satisfacción
de pasiones carnales.
Posiblemente, este blog sólo
se llamaría “Pato” o quizá sólo “Leo”, en un hipotético esfuerzo rebelde mío
por hacerme notar. O tal vez ni hubiese podido estudiar, y ahora que recuerdo,
la existencia de este espacio virtual me remonta a una época un poco más
lejana, la cual presentaré recordando que hace dos años celebramos un
centenario de una fecha relevante en la historia de México.
Hace 100 años, un movimiento
orquestado por pensadores e intelectuales liberales de la época, en donde los
músicos era la población de clase baja, querían librarse del autoritarismo de
Porfirio Díaz por el sentimiento de una patria libre en sus corazones. Se llevó
a cabo el asunto bélico correspondiente y se logró (o al menos se tuvo esa idea
al principio) abolir la esclavitud, tener horarios y salarios fijos, un trabajo
justo en haciendas y, en la nueva constitución, se delimitaba el derecho a la
educación, a la libertad de expresión y la huelga (éstos eran los denominados
“derechos sociales”). Además, queremos hacer énfasis en los artículos 3, 27 y
123 que hablan sobre educación laica y gratuita, propiedad de la tierra y el
derecho del trabajador, respectivamente.
Este movimiento social le
permitió al hombre mexicano ser alguien con más libertades y derechos como
persona; desde entonces, el hombre ha abarcado más movimientos en el espectro
de su libertad, pero he ahí el problema: ¿qué pasa con nosotras las mujeres?
Bien podríamos estar de
acuerdo que la máxima de las sociedades modernas actuales: “El hombre nace
libre” incluya a ambos géneros, pero desgraciadamente en la práctica era una
mentira de proporciones mundiales. A la mujer no se le trató como un hombre o
más bien, como un ser humano sino hasta que ella lo exigió y luchó por ellos,
hasta que ella dejó su posición sumisa detrás del delantal del menosprecio que
el hombre machista le puso en el vientre. Llegó un punto en el que muchas
mujeres estaban hartas de esta situación y se movilizaron para lograr un
objetivo en común: Ser reconocidas como seres humanos.
Reenfocándonos de nuevo en
México, se debe hacer énfasis en que el movimiento feminista buscó lograr el
derecho de la ciudadanía de la fémina. En 1923, Elvia Carrillo Puerto fue
nombrada diputada del estado de Yucatán y fue la primera mujer mexicana en
asumir ese cargo durante la época en la que en el país las mujeres aún no
podían votar. Por esta razón, ella luchó con esfuerzo y dedicación durante 30
años para que en 1953 se obtuviera el derecho de sufragio para el género
femenino y la igualdad de derechos constitucionales.
Y así fue como comenzó todo
para nosotras, las mujeres. Si no hubiese sido por la revolución, no todos
seríamos tan libres como hoy en día, la Revolución Mexicana dio espacio para
que el mexicano tuviera más libertades; pero con el movimiento de Elvia
Carrillo Puerto, se consolidó el movimiento que hizo que la mexicana tuviera
más libertades como ser humano igual al hombre.
El movimiento hacia la
libertad e igualdad siguió progresando, pues estamos de acuerdo que de la noche
a la mañana nada iba a cambiar tan radicalmente, pero los resultados los puedo
manifestar hoy en día, mientras le doy clic a “Publicar” a este ensayo sin
tener miedo de alguna represión de los hombres por expresar lo que yo siento
como mujer.
Finalmente, y como ya hemos
mencionado, en la historia han habido mujeres sobresalientes, mujeres que han
sido capaces de dirigir naciones, batallas, mujeres que han mostrado valentía y
entereza, féminas por las cuales hoy el ser mujer tiene otro significado que
siglos atrás... Hace casi un año, nosotros conocimos a una mujer que ha
sobresalido por ser creativa, por ser audaz y ser feminista, Pato y Lea
agradecen a Marta Lamas por ser en parte inspiración para no sólo un blog, una
serie de episodios funestos que han marcado nuestra vida.
<<Habrán mujeres que quieran
estudiar, otras que quieran hombre; pero habrán otras que prefieren ser unas
HUEVONAS>>
-Marta Lamas Encabo. Tabasco, 2011-
-Marta Lamas Encabo. Tabasco, 2011-
